Infiltración de Ácido Hialurónico

¿Qué es?
Un polisacárido presente en el organismo de forma natural. Responsable de la hidratación, la firmeza y la tonicidad de la piel. A los 50 años, solo se mantiene el 50% del capital inicial.

¿Cómo actúa?
Reduce, fortalece y rejuvenece la piel. Estimula la síntesis de colágeno y tiene una acción antioxidante.

¿Para qué sirve?
Dependiendo de la densidad, más o menos reticulado. En alta densidad, corrige arrugas profundas, redefine el óvalo facial, rellena y corrige labios, pómulos, mentón….Rellena marcas, cicatrices y corrige pequeñas irregularidades nasales. El no reticulado, optimiza la hidratación cutánea, el tono de la piel, ilumina y aporta más jugosidad.

¿Dónde y a qué profundidad se infiltra?
El de baja densidad, para patas de gallo y arruguitas de expresión, se infiltra en la dermis superficial; el de densidad media, sobre todo para los labios, se inyecta en la dermis media; el más reticulado o denso, para surcos profundos y rellenos, se deposita en la dermis profunda.

¿Cuándo se aprecian los resultados y cuánto duran? 
De inmediato, pero son mejores a las 4 semanas, cuando se ha generado colágeno. Prevalecen entre 6 y 12 meses.

¿Riesgos y contraindicaciones?
Evitar zonas de infección (labios con herpes, por ejemplo). No se debe utilizar cuando existen enfermedades autoinmunes, durante el embarazo o cuando existen alergias indefinidas. Al ser un material biocompatible y reabsorbible, no deja secuelas y éstas son sencillas de corregir.